Lágrimas


Si algo he aprendido en todos estos años, es que después de una bronca con tu pareja no vale de nada prepararse el típico discursillo de “cantar las 40”. Si la otra persona habla primero, tus palabras ya no tendrán el sentido de decirlas. O tal y como a mi me pasa, me quedo en blanco y no sé qué decir, sólo adoptar la postura de aceptar y haber entendido sus palabras con cara de cordero degollado.

Tras sus sutiles palabras, más de lo mismo. Reacción en cadena de mi cuerpo, no acostumbrado a tanta información, o a tanto sentimiento que se me escapa.

No es momento de buscar excusas a todo esto que nos está pasando. Algo que me ha costado mucho entender es que si la relación se va a la mierda es culpa de los dos. No me gustaría aferrarme a la esperanza de sentirme especial como si fuese un hierro ardiendo, sólo por el motivo de pensar que después de ti no hay nada o que no encontraré a nadie mejor.

Claro que te quiero, negarlo es una inmensa tontería. Pero necesito algo de aire en estos momentos, aclarar mis pensamientos del todo y volver aquí con plena ilusión por lo nuestro. No quiero que te sientas mal por lo que ha pasado, soy responsable de mis actos y tú no tienes que pagar por ellos.

Pero sus lágrimas brotan, y a mi me hacen daño. No creo que sea consciente de que la situación ya no es tan grave. No llores, le dije, no soporto verte llorar.

Y mientras surgían las palabras, el día nos alcanzaba y las sombras desaparecían de nuestro alrededor lentamente. Hubiera querido enfrentarme a la conversación de otra manera, de otra forma menos violenta. Pero aquí estamos mirándonos a los ojos, sabiendo ambos que ese beso que tiene que estar al caer, no se va a producir.

1 comentario:

Anónimo dijo...

hola!!
sigo tu blog desde hace muy pokito, pero me gusta mucho. Así que he querido nominarte para el premio Meme. Las reglas estan mi blog asi que echales un vistazo.

Muchos besos! y seguire leyendote :)