La tensa espera


Respiro y trago.

Todo salió mal. Mejor dicho, las cosas no salieron como yo esperaba. No entendía el por qué del destino, por qué yo, por qué a mí.

Respiro y trago.

Había dejado transcurrir el tiempo entre lágrimas aparatosas y absurdos pensamientos, enfados inútiles que sólo servían para alimentar mi egocentrismo y desestabilizar la relación… tal y como me había dicho antes de colgar el teléfono.

Respiro y trago.

Las paredes de la habitación se hacían cada vez más pequeñas, y me agobiaba el hecho de pensar tan solo en su nombre. Y la mente me traía al presente momentos dulces del pasado, momentos llenos de grandes sensaciones, y ahora…ahora, ¿por qué me empeñaba en recordar?

Respiro y trago.

Lo asumo, quizás con algo de desidia. El temblor de mi mano me aconseja que no siga por este camino que me he marcado hace un rato. Creo que demasiado tarde. Como siempre, haciéndome daño. Buscando la manera de atormentarme.

Respiro con dificultad y trago.

Lentamente concibo la realidad que me invade. No lo quiero reconocer, pero esta es la situación. La oscuridad me reclama. El día se vuelve noche. Los sueños, pesadillas.

Mi noche sin ti no es lo mismo.

Trago.

No respiro…

2 comentarios:

Unknown dijo...

Que levante la mano quien no se haya sentido así alguna vez. O la mayoría de las noches.

Anónimo dijo...

Vaya, parece q tu faceta de escritor está en pleno auge. Anoche leí todos las entradas pero voy a empezar a releeras desde abajo y escribo.
Esta.... me gusta, la has escrito hace poco o son cosas que ya tenías?