Tentación


Cuando el cerebro deja de divagar, los actos toman el mando. Puede ser un juego peligroso cuando el raciocinio decide regresar y evalúa las consecuencias de lo que hicieron los instintos desbocados.

Sabía que no estaba bien lo que había hecho, al menos en las formas. Pero las 12 horas de sueño inducido por unas cuantas pastillas, habían ayudado a aparcar durante ese tiempo mi manía de replantearme las mil y una formas hipotéticas de haberlo hecho, y a atontar de forma bastante notable el sentimiento de remordimiento.

Decidí mandar la razón a paseo y opté por emprender una huída hacia delante, sin mirar atrás. En el desierto de mi soledad sabía dónde hallar un oasis que saciara mis necesidades más básicas.

Y allí estaba yo, bajo el umbral de aquella puerta. Dar un paso más suponía caer en la tentación que tantas veces había ahuyentado y que, de pronto, buscaba con ansias.

Y lo di.

Se sorprendió de mi visita inesperada. Enseguida se deshizo en halagos hacía mí, adulando aquella ropa y aquel perfume que sabía que le encantaban. Esta vez no esquivé los cumplidos ni rechacé su invitación a quedarme a cenar.

Su compañía me era grata. Esa sensación de desasosiego empezaba a amainar. Sabía que me deseaba, y eso me hacía sentir bien. Necesitaba que me demostrara que yo era alguien especial, alguien a quién merecía la pena amar, ahora que hasta yo dudaba de ello.

Sus halagos me envolvían y anestesiaban mi dolor. El roce de sus manos por mi piel aplacaba ese frío que sentía calando hasta mis huesos. Las copas de vino blindaron bien mi mente, para que la racionalidad no llegara de improviso, arruinando el momento. Busqué con descaro el resto de su cuerpo. Lo quería todo en ese mismo instante para que, de una vez por todas, desapareciera esa nada que me invadía.

Horas después, sobre aquella cama extraña de la que ya conocía cada rincón y cada pliegue de las sábanas, sentí aquella sensación casi olvidada…. Felicidad.

No me importaba si era momentánea o simplemente ficticia. Por fin había vuelto. Traté de atraparla, fijar esa emoción en mi cuerpo y en mi mente. Sólo así podría retenerla en mi memoria para evocarla cuando el mundo real volviera a sacudirme en la soledad de mi habitación.

3 comentarios:

Mar dijo...

Jeje sabes uno de los motivos por los cuales me encanta como escribes? porque me veo reflejada en casi todo por lo tanto me llega todo mas hondo ^^
siempre me teneis aqui esperando con ansia a que actualiceis!!!! ^^

creo q este es el texto q mas me ha gustado

Anónimo dijo...

Ahora si...
Cuenta con un lecotor mas, interesante tu blog.
Suerte con el concurso, yo perdi todas las esperanzas desde que me cambiaron de categoria, pero en fin,,,
saludos

Anónimo dijo...

Hola - llego desde tu comentario en mi blog Matrimonios in the City. Me hizo mucha ilusión tu comentario porque fuera de mi familia eres la única que me lee que yo sepa. Me ha gustado esteo post, seguiré leyendo los demás.

1 saludo.