18. Emociones encontradas



Ya lo sé.
Otra vez ha sucedido.

Vuelvo a hablar como si fueras culpable de la situación, faltando a tus propias convicciones, a tu modo de ver las cosas. Puedo ser hiriente, comportarme de manera injusta e irracional. En este estado puedo hacer mucho daño.

“No deberías haber venido, no deberías estar aquí”.

Porque ya no sé de qué manera me voy a comportar. Soy capaz de deslizarme como el viento y desvanecerme ante tu presencia, capaz de echarte en cara mil y una cosas de las que no eres culpable y seguir sintiendo por ti lo que ahora mismo siento.

“Porque, a pesar de todo, te quiero”.
Porque ese sentimiento no se va.

“Sabes que no pierdo ninguna oportunidad para demostrártelo”.
Quizás me haga falta un poco de dignidad y hacerme de valer. Hasta ahora ha sido un intento tras otro por mi parte.
"Ahora tú estás aquí, ha salido de ti el hecho de presentarte de esta manera. Por algo será”.

“Sabes que no está dentro de mí el hacerte cambiar de parecer con respecto a todo esto que nos está sucediendo”.
Creo haber hecho todo lo posible por derribar ese muro que envuelve tu corazón, pero hasta ahora no ha servido de nada. O, por lo menos, a mi me lo parece.

¿Y por qué lo sigo intentando?
“Porque he visto que entre todas tus negaciones, escapadas sin sentido, silencios y otros actos que no tenían lugar, he visto cosas que me han llegado muy dentro.”
¿Te imaginas si dejaras abierto tu corazón para mí? Pienso que has pensado en ello.

Tus gestos se tornan grises. Ya sé cuál va a ser tu respuesta.
Si mi magia no te hace efecto, no sé cómo voy a continuar.

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