12. Hagan juego


 La situación se hizo insostenible. Tal vez debería haber previsto con antelación aquel choque de trenes, pero nunca pensé que serías capaz de plantarte en nuestra mesa con tu mejor sonrisa y ese aire de superioridad. En esa sonrisa se podía leer que ya habías ganado esta batalla. Y llevabas razón.

Después de tantos reproches y malas caras, el clímax llegó en forma de pregunta envenenada. “¿Con quién te quedas?”. Ser el centro de atención por un momento sólo sirvió para que mis nervios no me dejaran pensar con nitidez, y a la postre para enrarecer aún más el ambiente. Me creo estar en un maldito programa rosa de televisión, más cuando aún no sé cuál va a ser mi reacción.

Premeditado o no, recogí mis cosas y salí del lugar. Ahora era yo quien te abandonaba a tu suerte. No quise escuchar ni sus palabras ni las tuyas. Ponerse a razonar en aquel momento hubiese sido una mala decisión. Tiempo muerto, me dije. Fin del partido, pensé más tarde.

Con la cabeza llena de argumentos e indecisiones, había una cosa que resaltaba por encima de todo: tu mirada. Esa mirada, tan confiada y segura de todo, que habla en el silencio sobre momentos juntos, pasiones ocultas y deseos sin cumplir.

Tu mirada también sueña, se duerme entre las nubes y recuerda. Lucha consigo misma por buscar otra mirada, la mía, y por rehacer esa conexión, tan mágica y especial, que teníamos entre los dos. Necesito que me mires con anhelo, y que me digas al oído lo que realmente sientes por mí. No dejes pasar la oportunidad de hacerme feliz.

Y, casi como si me estuvieras leyendo el pensamiento, una frase ilumina la pantalla de mi teléfono: “Me sobra cama y me faltas tú”.

Baraja tus cartas.
Juguemos una mano más...

1 comentario:

Mar dijo...

espero q este prota no sea mas adelante un perro del hortelano eh? :P

Me ha encantado (pa variar ^^)