Resaca


Podía haberme ahorrado los dilemas mañaneros. Al salir de la ducha, no tuve que escaparme descaradamente inventándome una manida excusa. Me esperaba sonriente en la cama y su mirada dulce de un rato atrás había vuelto a ser tan lasciva y atrayente como la noche anterior. Se acercó con picardía y me arrancó la toalla. Cuando me quise dar cuenta, volvía a estar sobre mí tocando con maestría las teclas de mi deseo.

Ese día comprobé que tener una noche loca de sexo es como pasarte con el alcohol: te dejas llevar por el momento y eres feliz mientras tanto, sin importante nada más; pero a la mañana siguiente te encuentras fatal y te prometes que no lo volverás a hacer… sin embargo, a la mínima ocasión, vuelves a caer.

De nuevo, esa felicidad momentánea.

Sólo cuando dar la cara sea irremediable, sopesaré los daños colaterales de mis actos. Mientras, déjame disfrutar del momento. Nada prometí, nada puedes reclamarme. Esa será mi estúpida coraza… Aprovechemos mientras que mi piel sigue al descubierto. No me hagas alejarme de ti. Tan solo tienes que callar…

Volvió a atardecer entre sus sábanas. Antes de que volviera a enredarme entre sus besos, caí en la cuenta que al día siguiente sería lunes y que mi ropa tirada en el suelo, prácticamente desde la noche anterior, no era la más apropiada para presentarme en el trabajo. Se resistía a dejarme marchar, así que entre risas y juegos, conseguí liberarme de sus brazos y regresar a mi casa.

Tal fue la precipitación de mi huida, que ni siquiera me percaté en que me había dejado la chaqueta y el móvil. Mi amante había conseguido, sin proponérselo, que en pocas horas tuviera que volver a hacerle una visita…

2 comentarios:

Javier Úbeda Fernández dijo...

La vida está llena de descuidos como ese. Afortunadamente ;).

Me gusta.

-F osca dijo...

enorme! tu texto m recuerda a mí :D por lo que dices y cómo lo dices. me ha encantado, a ver q cotillee más... jiji

(lamento muchísimo que estés abajo en la clasificación, a mi este sitio me ha gustado :) )