Epílogo

¿Recuerdas cómo nos conocimos? Me acerqué a ti y te dije: ¿Sabes? Desde que te he visto se que vas a ser el amor de mi vida. Yo no sabía ni lo que decía, solo quería captar tu atención. Tú tampoco me tomaste en serio. Sin embargo, aquella frase improvisada, resultado de exceso del alcohol y una noche de interminables miradas entre ambos, ha sido la mayor verdad que he dicho nunca.

Y es que eres la cicatriz que señala mi alma. Has marcado mi pasado, mi presente y mi futuro. Tú me enseñaste a ser feliz, tú me has hecho derrochar todas mis lágrimas y sólo tú serás mi pensamiento constante.

En cada recuerdo de felicidad que evoco, tú estás a mi lado. Lo siento, no consigo acordarme de porqué me alejé de ti. Será porque cuando marchaste, te llevaste en la maleta todos los malos momentos y tan sólo dejaste olvidado ese pedacito de ti que tanto amé.

Lo siento. Siento mi cobardía, mi frialdad y mis silencios; siento no habernos dado el digno final que nos merecíamos; siento que te fueras pensando que no me importabas; siento... que te fueras y ya no poder decírtelo.

Como siempre, llego tarde. Yo y mi maldita manía de dejarme llevar por la corriente sin decidir dónde quiero que me lleve la marea. Ahora ya no puedo quejarme, no tendría sentido. Las palabras quedaron sin decir y ahora cargo siempre con su peso. Quizá esa sea mi penitencia por cada una de las lágrimas que vertiste por mi.

Pero no mereces lamentaciones a destiempo. Así que no me quejaré más. Sólo te querré el resto de mi vida. Quizá esto también te llegue tarde, lo se. Será mi última muestra de egoísmo: déjame que tu recuerdo me acompañe siempre ¿vale? Así nunca más tendré que pasar mi noche sin ti.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

qué más queda por decir, habeis conseguido que me estremezca con el final de la historia. Me habeis tenido pendiente de cada nuevo capítulo, de cada giro argumentativo, como intentando ayudarles a salir de esa situación, en la que me veía totalmente inmerso, angustiado dentro del papel...
Yo creo que casi todos en algún momento hemos tenido alguno de los sentimientos que aquí se han reflejado.
Desgarradora historia. Mis felicitaciones a los dos.

Anónimo dijo...

¿Recuerdas cómo nos conocimos? Me acerqué a ti y......fue inevitable encender un cigarrillo, la sangre fluye mas rapido que de costumbre y me pregunto como los recuerdos no fueran solo un casette para borrar, desde entonces actuo solo por instintos, los sentimientos han dejado de ser mi medio de locomocion, pero aun ansio en contrarla en cada calle, sin ni siquiera conocer su rosotro, me tomo un descanso, doy una vuelta por mi habitacion y respiro, sigo leyendo y no puedo dejar de sentirme todavia mas cobarde, el miedo me acompaña a diario sin saber quien forma parte de quien, quizas era demasiado joven, quizas era solo un curso de preparacion para el amor verdadero, que aun no llega.Entonces cambio el rumbo, estudio, trabajo, amigos, pero no es suficiente, nada requiere tanto mi atencion como ello. Angustia, frustracion, desasosiego, no se por cual decidirme.
Lo se, se que al final ninguno sera mas fuerte que el pequeño rasimo de fe que alberga mi alma, y vuelvo a ser yo,pero solo a ratos, si, tambien siempre llego tarde y tambien paso mis noches sin ella, siempre quedaran palabras por decir, nunca lo decimos todo, tu me enseñaste el camino de la felicidad, no a ser feliz, pienso en ella a ratos y no constantemente, sin saber que duele mas, o sabiendolo, pero sin querer asumirlo.
Solo espero una cosa desde aquel dia.............encontrarla.